miércoles, 11 de febrero de 2009


Se acomoda en mi pecho,
en mi mente, en mi cuello.
Sus alas chocan contra mi corazón,
funden mi pensamiento
y queman mi garganta.
Trae un mensaje entre plumas,
es mi ave de seda,
me entrega su secreto,
el que aguardé en mi sueño.
Tiembla el ave entre tus manos
que ahogas sin cesar,
si se cubre de frío mi espalda,
buscaré tus alas para anidar.

2 comentarios:

El Príncipe. dijo...

Felicidades,
Me acordé de ti.
Un beso muy fuerte.

Javier Díaz Gil dijo...

Las alas bien podrían ser las de un ángel. Los ángeles que pasan, a veces, dejándonos en silencio.

Un beso
Javier