Se acomoda en mi pecho,
en mi mente, en mi cuello.
Sus alas chocan contra mi corazón,
funden mi pensamiento
y queman mi garganta.
Trae un mensaje entre plumas,
es mi ave de seda,
me entrega su secreto,
el que aguardé en mi sueño.
Tiembla el ave entre tus manos
que ahogas sin cesar,
si se cubre de frío mi espalda,
buscaré tus alas para anidar.