domingo, 8 de marzo de 2009







Se disuelve una piel entre los hilos del viento, se abre camino al abismo del ensueño, hacia la generosidad del pensamiento.
Los pies se hunden en su libertad, y los dedos sacuden las telarañas del precipicio. En el péndulo se disuelven viejos sueños y los ojos giran hacia el horizonte del perdón.
Su descanso en la nube de la reconciliación, pertenece a ese lugar que no reconoció y protege el lecho con mirada gestante de deseo.
Encontró al poeta que reía en el suicidio, que lloraba en la muerte. Brindó sus dedos para secar sus lágrimas.
Volvió a reír en la sonrisa del viento... La telaraña de la libertad está cosida con palabras del perdón...La protegeré con el amor.
Con la música en sus pies y el viento en su corazón, acunó la melodía de la libertad.
Danzaré con las palabras del Vergel, donde creí nacer, cuna donde moriré bañada en palabras...
Me entrego a la catarsis del tiempo.