Se disuelve una piel entre los hilos del viento, se abre camino al abismo del ensueño, hacia la generosidad del pensamiento.
Los pies se hunden en su libertad, y los dedos sacuden las telarañas del precipicio. En el péndulo se disuelven viejos sueños y los ojos giran hacia el horizonte del perdón.
Su descanso en la nube de la reconciliación, pertenece a ese lugar que no reconoció y protege el lecho con mirada gestante de deseo.
Encontró al poeta que reía en el suicidio, que lloraba en la muerte. Brindó sus dedos para secar sus lágrimas.
Volvió a reír en la sonrisa del viento... La telaraña de la libertad está cosida con palabras del perdón...La protegeré con el amor.
Con la música en sus pies y el viento en su corazón, acunó la melodía de la libertad.
Danzaré con las palabras del Vergel, donde creí nacer, cuna donde moriré bañada en palabras...
Me entrego a la catarsis del tiempo.